Inicio / Turismo / Un camping en el pulmón de la Raya: un alojamiento alternativo y sostenible
Por Esmeralda Torres
06 May 2019
“Yo que estoy recorriendo España constantemente, que conozco todo el interior del país, comparo todo lo que descubro con la variedad y diversidad que hay aquí y… Y es que es alucinante”. Pasión y vehemencia. El fanatismo que se despierta en Eugenio Rodríguez, empresario turístico, testifica cómo y por qué se enamoró del camping de Aguas Claras nada más conocerlo. Es el hechizo de la Raya. Unas instalaciones que abren de nuevo al público ofreciendo al viajero un remanso de paz transformado en alojamiento alternativo y con vistas a Sierra Fría, el pulmón de la Raya.
Eugenio Rodríguez conoce bien el sector del Turismo. Sabe qué busca y qué disgusta al viajero. Y se apoya en una experiencia que roza el medio siglo con una veintena de empresas a su nombre. Siempre con el corazón puesto en el Valle del Jerte - donde nació y creció - se define como un nómada que discurre por toda la Península Ibérica. En su agenda hay pocos renglones libres pero consiguió sacar un hueco cuando le hablaron de Aguas Claras, el camping de Valencia de Alcántara. “Me cuentan que la Junta de Extremadura había sacado a concurso la gestión de estas instalaciones, me hablan muy bien de ellas y quise venir a verlas”, cuenta. Conocer el entorno, presidido por Sierra Fría y la cercanía con el Alentejo, avivó sus ganas por descubrirlas. “Hemos vivido 500 años de espaldas a Portugal pero en este momento el valor de la suma de ambos países es alucinante”.
La decisión fue inmediata. “Presenté una propuesta que salió adelante, y a trabajar”, anota con una sonrisa mientras que abre la recepción del alojamiento que desde el mes de febrero gestiona la empresa Turnat. “Recuerdo la primera vez que entré con los técnicos de la Junta. No pude evitar dejarlos ahí y ponerme a hacer fotos”, añade. No es para menos. El habitáculo se caracteriza por ser un espacio diáfano con grandes ventanales que dan la sensación de encontrarse en plena naturaleza. A un frente y junto a unos sofás, la ladera de Aguas Claras invita a tomar una panorámica del paisaje. “Es mi foto favorita”, reconoce el empresario. Desde esta perspectiva se aprecia la piscina y el restaurante-cafetería, que en breve ofrecerá cocina tradicional alentejana. “Era algo que tenía claro desde el principio. La gente cuando está en la Raya van a comer a Portugal. La gastronomía española es impresionante pero los portugueses tienen otros conceptos a los que yo llamo el de la calidad, la cantidad y el precio”. Y nadie mejor que una empresa portuguesa para cocinarlo en los fogones del camping.
Una experiencia sensorial
Cuando le preguntan a Rodríguez por cómo se vende el alojamiento responde con firmeza. Subraya que Aguas Claras ofrece sensaciones y emociones. “Yo le respondería con doble sentido, contándole que ofrece un relax total y a la vez la posibilidad de ver lo que él quiera”. El gestor habla del abanico infinito que despliega la zona, rodeada de parajes naturales vertebrados por diversas rutas senderistas, en bicicleta y a caballo, entre otras, y por la importante herencia patrimonial que la caracteriza. Vestigios megalíticos declarados Bien de Interés Cultural y huellas de una imponente historia medieval que llegó a acoger la boda entre la hija de los Reyes Católicos y el Rey de Portugal en Valencia de Alcántara, a solo 12 kilómetros. O a solo algunos más, Marvão, una aldea fortificada en lo alto de una colina, custodiando un caserío de paredes blancas y pintorescos tejados. “Al final, el turismo de ahora es el turismo del movimiento”.
El camping de Aguas Claras dispone de 11 apartamentos con capacidad para dos, cuatro y hasta seis personas y dos extensas zonas, una dedicada a la acampada y la otra al estacionamiento de caravanas. En ninguna de ellas faltan los detalles, ni los atractivos. Ni el mimo con el que el personal trata a sus húespedes, porque como al de Turnat le gusta resaltar, “hay lugares donde uno se queda y lugares que se quedan siempre en uno”.