Por Esmeralda Torres
18 January 2019
Pasear por Valencia de Alcántara es un auténtico viaje en el tiempo. Tan solo requiere conocer y descubrir su historia para adentrarse en las eras más remotas, cuando los humanos erigían para descansar conjuntos megalíticos que se han perfilado como los más importantes del país. Y en las más modernas, cuando la irrupción de un tren la convirtió – aún más si cabe – en punto estratégico clave de la frontera entre España y Portugal.
10:00 Huella megalítica
Valencia de Alcántara surge amable y generosa en la linde de la carretera N-521, a un paso de la frontera portuguesa y sobre un peñasco granítico que domina la campiña formada por alcornoques, cancho y huertas. Pero no solo de naturaleza puede presumir esta localidad cacereña. Conserva una innegable huella megalítica en forma de un conjunto de 41 dólmenes declarado Bien de Interés Cultural, y que le ha valido como el mejor foco megalítico de Europa. Para enamorarse de ello a golpe de zapatilla será suficiente llegar hasta el dolmen Zafra III a través de un trazado sencillo y casi llano, que atraviesa la antigua calzada romana que arroja vestigios del asentamiento de ‘Valentia Lusitana’. Conserva siete ortostatos y su cubierta alcanzando una altura de 1,80 metros, y decenas de indicadores llevan hasta él. Acompañan espectaculares vistas de la misma Valencia e, incluso, Marvão.
13:00 Llenar el buche
Una vez de vuelta, será justo y necesario reponer fuerzas. Y nada mejor que hacerlo con un buche extremeño, plato favorito de los comensales que toman mesa en Valencia de Alcántara y el rey de la cocina rayana. Este plato está elaborado a partir de productos del cerdo y sus raíces están relacionadas con la trashumancia por su similitud al botillo leonés. Su receta aparentemente es tan simple como rellenar el estómago del cochino con otras partes de su fisionomía, como las orejas, el lomo y el rabo, y acompañarlo de una sopa de arroz con coles. Uno de los más populares es el que lleva la firma de Vitín, el propietario del Restaurante El Clavo.
15:00 Las tres culturas
El buche es tan delicioso como indigesto, por lo que necesitarás echar a andar de nuevo para formalizar tu digestión. Ésta vez será por su barrio gótico, donde apreciarás restos de la cultura judía a través de convaleciente sinagoga y casas solariegas y blasonadas, como las que presiden la Calle Cortizada, una de las más fotografiadas. Este paseo sin rumbo te llevará a conocer la huella de la Orden de Alcántara y su importancia en la zona.
17:30 Una boda real
Hasta que Soraya se convirtiese en embajadora de Valencia de Alcántara, era otro nombre (de mujer también) el que llevaba la bandera de Valencia de Alcántara: la infanta Isabel. Y es que las relaciones con Portugal siempre han estado presente en esta localidad rayana, y prueba de ello es que los Reyes Católicos eligiesen esta plaza para casar a su hija con el rey de Portugal, Manuel ‘El Afortunado’. Un evento que se recuerda cada verano con la Boda Regia, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, y que se remonta al 1497. Tuvo lugar en la iglesia de Santa María, donde justamente hoy se erige majestuosa y dominante Rocamador, un templo gótico de tal belleza que le valió la declaración de monumento histórico-artístico. Merece mucho la pena visitar su sorprendente interior, caracterizado por una riqueza artística entre la que destaca un cuadro pintado sobre ocho tablas ensambladas, atribuido a Luis de Morales, y una talla policromía de Cristo perteneciente a Berruguete. Tampoco deja indiferente el retablo del altar mayor.
19:30 Un piscolabis medieval
Abrazando a Rocamador encontrarás los restos del castillo. Sería impensable que una villa medieval situada a tan solo 12 kilómetros de la frontera no contara con una fortaleza que la protegiese de los asiduos atentados. La pena es que tan solo sobreviven algunos vestigios de este castillo, datado del siglo XIII y donde se asienta un pub con una terraza con apabullantes vistas. En él podrás tomar algún piscolabis y desconectar en el mejor ambiente.
23:00 Descanso de reyes
Los turistas recomiendan pernoctar en Valencia de Alcántara, especialmente si es en Casa Escobar Jerez. Este hotel rural se expande por una casa solariega en el centro de la ciudad y cuenta con 12 habitaciones mimadas al detalle. Podrás disfrutar de los últimos instantes del día tomando una copa en su acogedor patio con naranjos y limoneros, o iniciar la desconexión en su zona de relax, compuesta por una piscina climatizada y un baño de vapor.
