Inicio / Turismo / La cantera de Alcántara, una calita salvaje y clandestina
Por Esmeralda Torres
17 August 2019
La Cantera del Cabezo es una de las zonas de baño más recónditas a la par que populares de la Raya. A pesar de no estar homologada por la Junta de Extremadura como piscina natural o playa fluvial, el charco de Alcántara recibe cientos de turistas en traje de baño y escarpines, y es que la belleza de su entorno, de importante riqueza ornitológica, lo presenta como uno de los parajes naturales más preciados del entorno.
La década de los setenta trajo consigo la sofisticada construcción de una presa de 130 metros de altura capaz de retener las más de 7.600 hectáreas de agua dulce que formaban el embalse de Alcántara. Una obra que requirió granito en cantidades industriales que llegó de una cantera cercana, y que pronto sufrió pequeñas filtraciones que en un primer momento originaron un charco a unos dos kilómetros del embalse. Con el paso de los años, ese charco se fue llenando hasta formar un lago de agua manantial y cristalina que históricamente se ha aprovechado para darse un chapuzón.
La insistencia de las instituciones, que recuerdan que no se trata de una zona de baño reconocida, no empaña la explosión de este espacio como una auténtica cala salvaje y clandestina. No necesita de personal de vigilancia ni chiringuito para vivir un auténtico boom turístico desde principios de verano y hasta los últimos días de calor del año. Y es que esa es la más valiosa particularidad de la piscina natural de Alcántara, el enclavarse en un área natural donde es fácil divisar buitres leonados, cigüeñas negras o alimoches mientras se sumerge en un auténtico remanso de paz y tranquilidad.