Inicio / Turismo / Patrimonio y estrellas en la noche del Tajo Internacional
Por Esmeralda Torres
19 October 2020
“Si al cielo estrellado, un recurso a valorar magnífico, le sumamos la riqueza patrimonial de la Reserva, encontramos dos elementos absolutamente complementarios”. Y potenciadores uno del otro. Una fortuna de lo más acertada, y es que en pocos lugares se unen un opulento patrimonio y un cielo limpio y óptimo para la práctica de astrofotografía como lo hacen en el Tajo Internacional.
“La observación de los cielos nocturnos está perfectamente complementada con ese espléndido patrimonio cultural que existe en todos nuestros campos y en nuestras poblaciones”. Lo afirma Víctor M. Gibello, historiador, arqueólogo y astrofotógrafo. Y lo hace con rotundidad. Ha estudiado la “riquísima” historia que, época tras época, ha vivido esta Reserva de la Biosfera. Desde el Neolítico hasta el siglo XIX, un devenir del tiempo plasmado “en elementos arquitectónicos y arqueológicos” que se convierten en los protagonistas del encuadre. Dólmenes, menhires, fortalezas abandonas e incluso templos religiosos que no requieren de menos protagonismo, y es que como recuerda el historiador, “no solemos ser capaces de reconocer que nuestros ancestros tenían una valoración muy distinta del cielo que contemplaban”. “Sus cielos carecían de contaminación alguna y salir de sus cabañas era tener ese maravilloso espectáculo”.
Riqueza medioambiental
Gibello habla de organización de la fotografía astronómica, y confirma que el paisaje del Tajo Internacional es perfectamente complementario con su cielo. “Y no solamente por la existencia de elementos patrimoniales significativos”, advierte. Habla de la riqueza medioambiental del entorno, que tampoco pasa por alto ante la astrofotografía. “Nuestro entorno natural está bastante bien conservado y cuidado”, declara, y cita como ejemplo las dehesas y su convivencia y explotación con y por el hombre. “Pueden ofrecer un decorado magnífico para que el cielo brille especialmente”.
La Data, en Valencia de Alcántara, es uno de los lugares favoritos de este astrofotógrafo para la práctica de la fotografía nocturna. Este Monumento Natural tiene, a sus ojos, “un valor paisajístico impresionante con unas capacidades para trasladarnos a épocas remotas”. Pero, es intrínseco, le pueden las ruinas arqueológicas y los restos del Castillo de Peñafiel, en Zarza La Mayor. “Ese ámbito fronterizo nos permite ensalzar la imaginación contemplando esa obra medieval en mitad del campo con el marco estelar”.
“La riqueza es tan grande y aún por explotar que nos ofrece un campo magnífico de oportunidades”, añade el historiador y arqueólogo. Se refiere a la oportunidad que puede suponer el astroturismo para el territorio del Tajo Internacional. “Si somos capaces de mantener nuestros valores patrimoniales, preservarlos, valorarlos y difundirlos, haríamos mucho y bien para el futuro de la comarca”.