Inicio / Especiales / “El área de Cultura tiene que adaptarse a sus nuevos tiempos y generar respuestas que hoy son necesarias”
Por Esmeralda Torres
13 October 2019
Comenzó su andadura política como concejal de Cultura en el ayuntamiento de su pueblo, y se despide de ella como diputado de Cultura en la Diputación de Badajoz. Hace algo más de tres meses que Francisco Martos, alcalde de Castuera, dirige una de las áreas más mimadas de la institución provincial, desde donde pretende adaptar su cartera al diseño, la tecnología y el resto de nuevos tiempos que corren.
- Francisco Martos, alcalde de Castuera y diputado de Cultura. ¿Cómo llega esta oportunidad?
- Llega porque alguien con capacidad para decidir piensa en ti para llevar Cultura y ya está, lo decide y aquí estamos. ¿Cómo lo vivo yo? Como una oportunidad preciosa de encontrarme con un mundo para hacerlo fácil. Yo empecé en política como concejal de Cultura y si termino como diputado de Cultura es como un buen enganche de todo mi trayecto político. Empecé haciendo cultura desde el municipio y puedo terminar haciendo cultura para la provincia. En ese sentido lo vivo, como un premio de la política.
- Supongo que poco tendrá que ver la Cultura local con la provincial. ¿Qué retos ha encontrado nada más aterrizar en este área?
- Absolutamente nada que ver. La Cultura desde lo municipal es para dónde miro, qué hago y cuáles son mis propósitos, y cuando llegas al área de Cultura de la Diputación de Badajoz lo que te encuentras es con un tren, un trasatlántico que funciona perfectamente, que tiene su sala de máquinas perfectamente engrasada y que funciona. Y que tiene un camino estupendo de difusión, de creación de público, de dar oportunidad a la creación, a los artistas y a las personas que se dedican a ser originales, por decirlo así. Aquí es difícil introducir algo nuevo. En un ayuntamiento puedes decir que vas a tirar por aquí o por allí porque muchas veces casi que te lo inventas, pero en el área de Cultura de la Diputación creo que el trabajo principal es que siga funcionando bien y que los ayuntamientos estén contentos. Que a quien se dirige toda la actividad cultural la reciban con cariño y con interés, y que quien la hace vea que en la Diputación de Badajoz tiene un apoyo, un soporte, un acompañamiento. Eso se está haciendo ya. Yo diría que, en este caso, la tarea del diputado de Cultura es molestar lo menos posible para que todo ande bien, y si acaso aportar algunas pinceladas, que está claro que todo el mundo tenemos como una paleta de intereses que a lo mejor se puede ver reflejada. Aquí, en el área de Cultura, siendo diputado, tienes la oportunidad de incidir en ese colorcito que a ti te apetece. Eso también.
- Se cumplen los cien días desde la toma de posesión. ¿Para qué han dado de sí?
- Para conocer. Llevo tres meses, primero enterándome de cómo funciona ese transatlántico y recibiendo una cantidad incesante de propuestas culturales. Como decía hace un momento, he cogido una experiencia extraordinaria en dar ruedas de prensa porque me pasaba los martes y los jueves viniendo aquí y presentando cosas. Y hasta te extraña la cantidad de cosas que se hacen, y en qué cantidad de cosas está la Diputación. Todo eso te impregna. Y lo segundo, recibiendo a gente con propuestas alrededor de la Cultura. Todo eso da idea del interés y del dinamismo que tiene la Cultura en la provincia de Badajoz. Lo tiene y tiene mucho. Y eso es lo que yo he hecho en estos tres meses o en estos cien días, tratar de captar todo lo que se hace, lo que se mueve, cuáles son los instrumentos que tiene la Diputación, desde el museo hasta los conservatorios pasando por los archivos. Al final todo hace un conjunto de Cultura que es importante, y diría más. Estaría muy tonto si diría que en tres meses me he enterado de todo. No es verdad, ni siquiera conociendo Diputación desde fuera en tres meses da tiempo. Yo conocía la Diputación para venir a pedir o a que me hicieran algo en mi pueblo pero cuando entras en la maquinaria, en tres meses no da tiempo de conocer esto. Hay que impregnarse un poquito más de muchas cosas que todavía no sé. Yo no diría que con cien días sé todo lo que guarda el área de Cultura de la Diputación de Badajoz.
- Es un área bastante extensa. ¿Cómo se podría definir o presentar de forma breve a cualquier vecino de la provincia?
- Yo lo he dicho muchas veces en este tiempo que llego aquí, que la Diputación de Badajoz ha sido capaz de trasladar una oferta cultural a la mayoría de los municipios, de dar cobertura a los creadores de la provincia, y de generar, por decirlo así, empleo asociado a la Cultura. Y sin embargo, tengo que decir que no sé si esa es la intención y que si es así creo que no debe de serla, no se ve la Diputación como un agente cultural. No sé por qué. Está claro que cuando la Cultura que promueve Diputación llega a un ayuntamiento, es el ayuntamiento el que está haciendo la actividad. Cuando unos creadores o unas creadoras llegan a un sitio y hacen su obra, están haciendo su obra y suena la compañía o la autoría. Cuando se genera empleo a través de todo eso, suenan también los creadores. Sin embargo, desde mi punto de vista, la Diputación es el vehículo en el que todo eso va montado y no acredita su trabajo, no se le conoce por esa difusión. Creo que esa es una de las características de este área. Hace un montón de cosas y las hace tan bien que, por poner el símil con el fútbol es como el buen árbitro, que no parece que esté. La dialéctica cuál sería, ¿conviene que se sepa que está o a lo mejor es preferible que siga generando todo este tipo de actividad y que no? Es esto que te decía del árbitro, que ha estado tan bien que ni se le ha visto durante el partido. En este caso, está tan bien Diputación que no se conoce el trabajo que hace. Sí se ve lo que se hace pero no la propia institución. Creo que habría que empezar a trabajar un poquito para que la ciudadanía perciba que ésta es una institución que se mueve y que tiene pasión por la Cultura. Que la ciudadanía vea que su ayuntamiento hace cosas, que los creadores y creadoras vean que tienen un camino, un vehículo, un soporte en la Diputación, pero que al mismo tiempo la Diputación se sienta reconocida en ese proceso. Yo creo que algo en ese sentido habría que hacer.
- Hemos hablado de los cien días que han pasado pero por delante tenemos más de 1.300. ¿Qué líneas va a emprender el área de Cultura?
- Como he dicho, hay algunas cosas que están ya diseñadas, y se tienen que seguir ofreciendo: conciertos, teatros, etc. para ayuntamientos, asociaciones sin ánimo de lucro, etc. ¿Qué se puede incorporar? ¿Se pueden incorporar cosas que tengan desde el ámbito de la Cultura un punto de innovación? Sí. ¿Cuáles? Pues esa es las que estamos buscando, desde el punto de vista de la música, de las artes escénicas… Por ejemplo, esto viene de antes pero va a ser realidad pronto, el tema de la Ópera Joven. A partir de este proyecto ya estamos trabajando con qué se puede enganchar, desde el punto de vista de la Cultura y de la música, del empleo, de profesionales que sean capaces de trabajar conforme a esa iniciativa de la Ópera Joven. Desde el punto de vista del teatro, igual. ¿Qué hacemos a futuro? ¿Dejamos de hacer teatro? Para nada. Habrá que seguir haciendo teatro y habrá que seguir innovando en teatro. ¿Cómo se puede innovar? Promoviendo la formación teatral. Yo creo que Diputación puede promover la formación teatral y no hace falta una academia, un instituto o una academia de formación, pero sí que se puede llevar a los pueblos esa formación con determinadas actividades que desde Diputación se pueden llevar a cabo. Igual en cualquier otra arte, como la pintura, la escultura, etc. Se puede crear algo tan importante hoy, que yo creo que tenemos que empezar a hacer como son los temas de moda, los temas de diseño gráfico. Es lo que decía antes, que en este trasatlántico podemos incorporar algunas cositas que corresponden al tiempo en el que estamos sin dejar de hacer otras. Éstas son un poquito las líneas, no dejar lo que funciona e ir introduciendo otros temas. Si con la música es la Ópera Joven, si con la lectura es Nubeteca, bibliotecas digitales y demás… Seguir avanzando en esos ámbitos. Además, si hay algo en lo que Diputación es una guía importante para todos nosotros, esto son palabras del presidente, es que tenemos que conseguir dos cosas. Que la ciudadanía se conciencia también de los temas de inclusión, y no podemos hacer una Cultura que no sea inclusiva, que segregue; tenemos que hacer una Cultura que incorpore, integre e incluya. Es un esfuerzo que tenemos que hacer a futuro, y yendo más lejos, puede ser la Cultura un instrumento de concienciación crítica, de problemas actuales. Esto quizá no se plantea como un propósito pero sí que forma parte de lo que se hace. Probablemente a futuro, en estos 1.300 días que quedan, haya que pensar en cómo la Cultura colabora a generar una conciencia de emergencia climática, cómo la Cultura genera una conciencia crítica sobre los problemas de sostenibilidad y problemas de pobreza, o de discriminación sexual, o de igualdad… Tendríamos que empezar a ordenar todo esto proponiendo una serie de propósitos que vayan encaminados a todo esto. Es decir, el área de Cultura tiene que adaptarse a sus nuevos tiempos y generar respuestas que hoy son necesarias en la ciudadanía. Hoy la gente tiene que tener conciencia de que lo que estamos haciendo con el planeta es que nos lo vamos a cargar, y ese mensaje no puede llegar por la tele. Quizá tenga que llegar a través de la música, del teatro o de la pintura. Todo eso tiene que tener ya un propósito cultural, educativo, formativo, de ciudadanía.
- Antes comentaba que desde el área de Cultura se ayuda tanto a los creadores como a los ayuntamientos. Es muy interesante la ayuda que puede aportar la Diputación de Badajoz a los pueblos pequeños donde no es fácil que llegue una compañía grande o una oferta cultural amplia. ¿Cómo ayuda la institución provincial a que se dinamice culturalmente el territorio rural?
- Lo hacemos de dos formas. Diputación de Badajoz saca concursos de concurrencia de diferentes actividades de dinamización cultural. Los ayuntamientos las solicitan en función del presupuesto asignado al poyecto que presentan. Al mismo tiempo, el compromiso de la Diputación es que tiene que haber una actividad cultural en cada pueblo, al menos una al año promovida por la institución provincial. Con lo cual, ese compromiso es llegar con flamenco, con teatro, con música, con el folklore, con las bandas de música, etc. Pero llegar. No hay ningún pueblo que no tenga alguna actividad. Todos los ayuntamientos presentan sus proyectos y pueden hacerlo. También se les ofrece en esa concurrencia la guía de artistas: hay una convocatoria a través de la que los ayuntamientos reciben una subvención que tiene que ir destinada a alguno de los artistas que están en esa guía. Se está promoviendo no solo la actividad sino también a los creadores que reúnan una serie de condiciones para estar en esa guía de artistas. Luego hay también una convocatoria para fiestas, actividades propias, etc. que también se financian y solo es suficiente que justifiquen el gasto. Con lo cual, sí llega. Es verdad que habrá pueblos que tengan un dinamismo más potente y otros que se apañen con lo que Diputación les da. Pero, además de eso, Diputación tiene un convenio con la Asociación de Gestores Culturales y las Universidades Populares, y también de alguna manera están en casi todo el territorio, también forman parte del patrocinio de Diputación. Yo creo que sí que se llega. ¿Que se puede mejorar? Por supuesto. ¿Que se pueden incorporar cosas? Por supuesto. ¿Que a lo mejor hay actividades, como esta exposición que estamos viendo o cualquiera de los museos o el archivo, que pueden hacer cosas en los pueblos? Se puede hacer. Ese sería un punto de mejora, que lo que tiene como propio pueda avanzar hacia los territorios porque muchas veces existe la demanda.
- Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la Administración durante los próximos cuatro años es el demográfico. ¿Cómo puede contribuir la Cultura a luchar contra la despoblación?
- En mi opinión, el reto demográfico tiene unas variables enormes pero parte de una estrategia política, que aquí ha sido facilitar el crecimiento del Este en el sentido de infraestructuras, dotándolas de servicio, generando una sinergia que favorece que el Oeste vaya hacia el Este. ¿Puede generar una estrategia política contraria? Es necesario por masificación del Este, porque allí empiezan a aparecer algunas dificultades de suministro. Dicho despacito, al final el Este necesita el agua del Oeste. Y nosotros no nos vamos quedar aquí solo para facilitar el agua. Algo estamos haciendo mal si donde mandamos a la gente no va a poder beber, o tener ciertos servicios. Primero yo diría que eso corresponde a una estrategia política de mayor dimensión que la Cultura. Lo más importante para fijar la población es generar empleo. Si a través de la Cultura somos capaces de generar empleo y riqueza, en este caso a través de la tecnología, que permite crear en un territorio despoblado, la gente va a tener menos intención de moverse. Si se genera empleo, riqueza, oportunidades, queremos vivir en nuestro pueblo. Yo soy de Castuera y quiero vivir en Castuera, no tengo interés en irme a otro sitio porque estoy bien, porque tengo mi empleo ahí. El gran esfuerzo es generar empleo y las condiciones de vida. Me estoy alargando pero es que es así. Nosotros podemos decir que generamos electricidad que no consumimos, pues quizá podía decir que la cobran más barato a mí ya que la estoy generando, la tengo cerca, y la están consumiendo en otro lugar. Tenemos agua que no consumimos, pues cóbrenla más barata o no la cobren, y a lo mejor empieza a ser preferible vivir aquí. Yo tengo que pagar los mismos impuestos que paga alguien que tiene otros servicios, pues cóbreme usted menos impuestos, y a lo mejor empieza a ser más apetecible regresar al Oeste o quedarse en el Oeste. Son políticas que, en mi opinión, no corresponden a la Cultura, pero sí que deberían empezar a tratarse. El futuro puede estar aquí, pero tienen que darse ciertas condiciones. No podemos tener un tren que no funcione, hay que hacer que funcione.
EN UN MINUTO
Un paisaje natural: los pantanos en una zona seca, en La Serena.
Un paisaje cultural: el de Zalamea de la Serena.
Un sabor: el del queso y el turrón de Castuera.
Un color: rojo.
Un libro para viajar: las obras de Freud.
Una canción para escuchar conduciendo: The Beathles.
Una postal: la de los antiguos países de la Unión Soviética que me gustaría conocer.