Inicio / Cultura / Tradición, elegancia y turismo: así son las colchas de Castelo Branco
Por Esmeralda Torres
16 December 2019
Castelo Branco es conocido por su enclave estratégico y todas las batallas bélicas que calla. Pero más allá de ello, y de ser un nudo de comunicaciones de la Beira Baixa, también atesora un baúl repleto de riquezas artesanales: sus colchas de lino. Símbolo de tradición y elegancia, esta artesanía se ha convertido en un reclamo turístico de la capital del distrito que toma su nombre.
El origen de las colchas de novia - como popularmente se conoce a estas auténticas obras de arte - se remonta a la entrada de los portugueses en la India a través de la ruta marítima de los especies. A pesar de que no son pocos los historiadores que hablan de una inspiración oriental relacionada con el dominio árabe de la Península Ibérica, el Medievo no fue precisamente una etapa histórica favorable al desarrollo del arte del bordado. Hubo que esperar a que volvieran los primeros exploradores para importar el hábil trabajo que realizaban las mujeres indias en la fabricación de paños y confección de ropa, que se adquirían como símbolos de prestigio y riqueza.
Aunque se conoce su existencia desde el siglo XVII, la primera referencia documentada a estas colchas llegó de la mano de Jaime Lopes Dias, que en 1931 se esforzó por poner en valor esta expresión artística, hoy integrada en el Patrimonio Regional. Años después, en 1976, se creó la Escuela Taller de Bordados Regionales, en el Museo Francisco Tavares Proença Junior, núcleo que aún funciona y que se dedica a la conservación, producción, restauración y divulgación de este arte.
Simbología
El lino blanco suele ser la base de estas colchas, bordadas con hilos de seda brillantes empleando varios puntos entre los que destaca el característico ‘ponto a frouxo’, también conocido como punto de Castelo Branco. No tiene límites en el uso de colores ni en la ornamentación, aunque tradicionalmente sí han estado caracterizadas por la simbología. Es fácil encontrar dibujos más populares, con formas más ingenuas, y otros más erúditos, más elaborados y complejos, atribuidas al talento de una clase social noble y más culta.
Son muchos los que aseveran que los dibujos más clásicos responden a motivos traídos de Oriente por los portugueses de la era de los Descubrimientos. Otros tantos aseguran que el perfil responde a un imaginario renacentista y barroco. Pero lo que nadie cuestiona es que son abundantes las referencias a lo cotidiano y a la fauna y flora locales. Es fácil encontrar trazos que representan parejas de novios, corazones, motivos vegetales o animales y toda la simbología relacionada con el ajuar y el matrimonio. Y es que esta colcha ha sido tradicionalmente un regalo a los cónyuges que solían estrenar la noche nupcial.
Una tradición que aún se mantiene viva en Castelo Branco, donde estas colchas aún cuentan la historia de sus vecinos.