Por Esmeralda Torres
27 abril 2018
Cada vez que algo se agota -o se antoja- en casa es tan fácil como acercarse a una tienda y comprarlo. Esta simpleza fue la que siguió Santiago de Alcántara para organizar su romería, una particular fiesta creada hace seis años con el objetivo de pasar un buen día de campo. No tiene tradición ni un desmesurado carácter religioso pero consigue lo más trascendental: aunar a todos sus vecinos, ya sea residentes o emigrantes.
“No teníamos romería y se nos ocurrió organizar una como tenía todo el mundo”. Así de cristalino lo cuenta el alcalde de esta localidad cacereña, Eusebio Batalla. Tan divertido como real. La pusieron en marcha sin saber cómo iba a salir, ni a qué santo venerar. “Nos quedamos con la Virgen de Fátima porque tenía una capilla en la parroquia y porque se le veneraba mucho en el pueblo”, apunta el alcalde con una sonrisa.
Eso sí, a pesar de venerar a esta santa no lo hacen en su día, sino durante el puente de mayo. “Porque si es el 13 puede caer en cualquier día de la semana”, reflexiona Batalla. También por no hacerla coincidir con Herrera de Alcántara y Cedillo, “que ya las tenían de antes”. Ni con el Womad de Cáceres, “que se notaría en afluencia”. Y, especialmente, porque esto da la oportunidad a todas las personas que, por diferentes motivos, se vieron obligados a marcharse de la localidad a regresar.
“Es como si llevase toda la vida, forma parte de nuestros festejos”, asegura el alcalde. De ahí, que se espere con anhelo e ilusión una nueva edición, que se celebrará el próximo 28 de abril. Como en años anteriores, se llevará en procesión a la Virgen de Fátima hasta la zona de El Merendero, donde se oficiará una misa. “Extremeña”, puntualiza, detallando que contará con los cánticos más tradicionales a cargo del grupo valenciano Juéllega. Después, los santiagueños se reparten entre familia y amigos para pasar una jornada de convivencia a la sombra de la dehesa, hasta que entrada la noche -siempre que el cuerpo aguante- se traslade la fiesta a una discoteca movil instalada para la ocasión.
La tortilla de patatas, el jamón y un buen vino no faltan a la cita. La charanga, tampoco. Y es que Santiago de Alcántara con su romería demuestra que con actitud e iniciativa puede conseguirse el retorno a lo rural (aunque sea temporal).
